Durante el mandato de Iván Duque, el precio de la gasolina no se redujo, sino que aumentó. Sin embargo, Ecopetrol vendió el combustible a un valor menor al costo, generando un déficit que fue cubierto con recursos públicos. Este subsidio, que benefició a conductores, fue financiado por todos los colombianos, independientemente de si tenían vehículo o no, a través del presupuesto nacional. La medida ha sido criticada por su impacto en las finanzas del Estado y por transferir la carga económica a la población en general.