El secretario de Guerra, Pete Hegseth, anunció el fin de “la era de la apariencia poco profesional” en el Ejército de EE.UU. con nuevos y estrictos estándares físicos y de aseo. “Se acabaron las barbas y el pelo largo“, declaró, exigiendo un aspecto uniforme y profesional.
Hegseth fue contundente al criticar a los “soldados gordos” y los “generales y almirantes obesos“, argumentando que los estándares se habían deteriorado. Ahora, todo el personal deberá someterse a evaluaciones físicas dos veces al año y cumplir con requisitos de peso y estatura.
El secretario aclaró que la medida “no se trata de impedir que las mujeres sirvan“, pero tanto hombres como mujeres deberán cumplir con los mismos altos estándares neutrales en cuanto al género para los puestos de combate. “Esto es vida o muerte“, sentenció, eliminando también las normativas anteriores que, según él, buscaban cumplir “cuotas raciales”.